Divino Niño Jesús

Divino Niño

Y en las obras que este Niño Divino, que lo veneramos desde el portal de Belén hasta su primera visita al templo de Jerusalén, hasta cuando lo encontraron discutiendo con los doctores, nosotros nos quedamos haciéndole compañía en todo ese tiempo. Hemos tomado como guía, como fórmula de nuestro ser y de nuestra vida esos doce años de Jesús y los hemos visto convertidos en hermosa realidad.

Un día como este, aquí amanecimos, aquí dormimos y yo tuve que partir a predicar los ejercicios espirituales a México, pero también eso fue un acto que Él mismo disponía; porque allí brotó más profundamente la idea de dedicarle a Él este centro o centros educativos.

Celebrando la Santa Misa estaba, cuando me viene a la mente:» Yo creo que el Divino Niño quiere esta obra bajo su dirección»; y levanto los ojos a la pared de la capilla de las Hijas de María Auxiliadora, lo contemplo a Él con los brazos abiertos como queriéndome decir:»Finalmente voy a poder comenzar. Les pedí la imagen y no me la quisieron regalar»..

ya saben todas que cuando se llegó a esta casa se adobe, vieja, en el pedacito de pared principal que tenía la dueña, Doña Santos, ella acostumbraba a pegar todas las fotografías de imágenes, de obispos o sacerdotes que salían en los periódicos; y en medio de aquel cuadro de fotografías de aquellos periódicos, estaba la del Divino Niño.

Ya Él estaba en su puesto. Este lugar donde ahora estamos celebrando la misa, ya lo he dicho muchas veces, era el establo donde pernoctaban los viajeros de oriente a occidente y yo lo conocí como establo. Yo me hago una serie de comparaciones; pero nadie me vino a decir lo que Él quería. mis buenas jóvenes, mis buenas hermanas religiosas y aspirantes, yo les invito hoy, les invitaré mañana a que meditemos en esos puntos que dicen mucho para nuestra vida espiritual». Hasta aquí la homilía del 24 de dic. De 1990.

<insertar imagen del divino niño>

Es de admirar el Plan de Dios, porque la imagen del Divino Niño a los pies tiene escrito un letrero que dice: » YO REINARÉ»; esta inscripción va bien relacionada con el Lema de la Congregación que dice: «ES NECESARIO QUE EL REINE» o «CRISTO TIENE QUE REINAR». Esta no es una casualidad, como lo dice el mismo Mons. Aparicio, esta es una señal clara y segura que Dios ha elegido a nuestro Instituto para que todas, amemos, demos gloria y honremos a su Divino Hijo por los misterios de su Infancia. Nuestro Padre Fundador en sus homilías, nos ha dejado bien clara, la espiritualidad de la Infancia de Jesús: desde su Nacimiento en Belén, hasta su hallazgo en el Templo (12 años)

Nuestro compromiso es: conocer, profundizar, vivir y transmitir esta espiritualidad.

Más o menos por los años 1960 – 1962, Mons. Aparicio mandó pintar el cuadro del Divino Niño que está incrustado en la pared de la Capilla de la Casa Madre. Como no le gustó cómo se lo habían dejado, se lo dio a Don Daniel Rivas, sobrino de Doña Santos, para que se lo retocara.

En el año 1995, el Padre Carlos Longo, desde Cochabamba, (Bolivia), envió a las Hermanas, a través de Hermana Superiora, una imagen del Divino Niño, fabricado en Bolivia, esta imagen se encuentra en la capillita del Divino Niño en la Casa Madre. La Hna. Vilma Villalobos también trajo una imagen de Colombia, está donde era el comedor de Monseñor, en la Casa Madre.

La estampa del Divino Niño que Monseñor trajo de Colombia esta en la capilla de la Casa de Formación en Santo Domingo y la estampa que estaba pegada en la casa de Doña Santos, está en los archivos de la Casa Generalicia.

Desde los primeros años las Hermanas comenzaron a amar a Jesús Infante, la Navidad para nosotras es una fiesta muy especial y muy espiritual donde profundizamos nuestro carisma y en nuestra misión propagamos la devoción y el amor al Niño Jesús, con el título de: Divino Niño. Para que sea más conocido y amado, todos los años en el mes de marzo en la Casa Madre de la Congregación («Colegio Ana Guerra de Jesús»), celebramos la Romería en su honor; además, en todas las presencias donde se encuentran las Hermanas cada comunidad elige cuándo y cómo celebrar su fiesta.

 

Mons. Aparicio quería dejar a las hermanas una imagen de Jesús en su adolescencia como Patrono del Instituto y para que ellas lo presentaran como modelo a los niños y a los jóvenes con quienes iban a trabajar en la misión.

Andaba con esta inquietud y no encontraba una imagen que le gustara. En esta búsqueda estaba antes de fundar el Instituto y ya fundado, fue a predicar unos Ejercicios Espirituales a los salesianos en Colombia, allá se encontró con el Padre Juan del Rizzo, salesiano y muy amigo de Mons. Aparicio le comentó al Padre Juan su proyecto de fundación y que andaba buscando una imagen de Jesús adolescente para el Instituto.

El Padre Juan le sugirió a Monseñor que les presentara a las Hermanas el Divino Niño Jesús: que El era milagroso y que la obra se la encomendara a su patrocinio. A Mons. Aparicio le pareció buena la propuesta porque le gustó la imagen del Divino Niño. El Padre Juan entró a su cuarto y sacó una estampa del Divino Niño, dándole un beso le dijo. «Divino Niño te vas para Centro América, te portas bien con Mons. Aparicio.

Cuando Mons. Aparicio, trajo la estampa del Divino Niño de Colombia se la presentó a las Hermanas y les dijo. «Traigo la imagen del Divino Niño y El será el Patrono de la Congregación «.

El Divino Niño sorprendió a las Hermanas porque a los pocos días de haber traído la estampa de Colombia, se dieron cuenta que en la pared del dormitorio de Doña Santos (bienhechora que regaló su casita para fundar la obra) estaba pegada la estampa de la imagen del Divino Niño igual a la que Mons. Aparicio había traído de Colombia, cuando las Hermanas se lo comunicaron a Monseñor, él no salía de su asombro, al saber que el Divino Niño ya estaba esperando a las Hermanas en la casa donde nació el Instituto. Ante esto, Monseñor les dijo . «Ya se ve claro que el Divino Niño quiere quedarse en la Congregación y ser el Patrono de ustedes»

Mons. Aparicio pensaba en una imagen de Jesús de unos doce años, pero quien sabe por qué, ningún pintor pudo hacerle una imagen como él la deseaba; es así, como la imagen del Divino Niño Jesús quedó como Patrono de la Congregación , y es esta devoción la que las Hijas del Divino Salvador han extendido en los lugares donde ellas están presentes.

• En las homilías del 24 de diciembre de 1982 y de 1990, nos habló de venerar al Niño Jesús desde el Pesebre hasta su visita al Templo: «hace 26 años que se aviene repitiendo esta ceremonia aquí en este lugar, en el silencio, apartado del mundo. Con un gozo espiritual interior, hemos venido homenajeando al Niño recién nacido y lo hemos tomado en su niñez, como el GUIA Y EL PASTOR DE NUSTRAS ALMAS Y DE NUSTRAS OBRAS.»

• » Hemos celebrado apenas los 30 años, que se comenzó en este lugar, lo más humildemente, lo más pobremente, lo más solitariamente que se puede imaginar, porque sólo estaban ellas que eran cinco y unos sacerdotes que me acompañaban y yo; fue un 24 de diciembre. Por eso es que esta fiesta para nosotras es muy grata, la llevamos muy en lo hondo del alma, y procuramos que sea la norma de nuestra vida, el pesebre de Belén, que tantas cosas nos enseña: la obediencia del Hijo de Dios, la pobreza del Hijo de Dios, la inocencia del Hijo de Dios, eso es lo que llevan como norma, eso es lo que se repite cada año, para que tengan presente que no es una cosa así nomás, por casualidad, sino en realidad, porque Dios así lo ha determinado, y así lo ha querido.

El día en que el Instituto quiera desprenderse del Pesebre de Belén, comenzará su ruina, comenzará su decaimiento, comenzará a desparramarse y tal vez hasta llorar como han llorado muchas congregaciones religiosas, estos años pasados.

Alrededor del Pesebre de Belén, con la pobreza de Belén, con la obediencia de Belén, con la castidad de Belén, irás adelante, Dios lo quiere, Dios lo desea y en esta forma se los pide a los padres de familia.